Cepesca solicita a la UE que retire su apoyo a la propuesta de inclusión del marrajo dientuso en el Apéndice II de CITES

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El sector pesquero ha vuelto a defender hoy en Bruselas la pesca sostenible de la pesquería de tiburón y lamenta el apoyo del Consejo a la propuesta realizada por Méjico para incluir al tiburón marrajo dientuso (Ixurus Oxirhinchus) en el Apéndice II de CITES. El sector lamenta que este apoyo se haya materializado sin consultar a los pescadores y sin siquiera esperar a las recomendaciones del panel de expertos de la FAO, que se reunió la semana pasada en Roma, en el marco del acuerdo de entendimiento entre la FAO y el propio CITES. Por ello, el sector pesquero ha solicitado hoy en Bruselas la retirada del apoyo a la propuesta de Méjico.

Así lo ha manifestado Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, durante la reunión preparatoria del próximo CITES, que se celebrará en Colombo (Sri Lanka) del 23 de mayo al 3 de junio de 2019. Garat también ha expuesto que la inclusión del tiburón marrajo dientuso en el Apéndice II de CITES (que enumera especies que no están necesariamente en peligro de extinción, pero que pueden llegar a estarlo a menos que el comercio esté estrechamente controlado), carece de sentido ya que su evaluación y control ya lo realizan las distintas Organizaciones Regionales de la Pesca (ORP) con competencia en los diferentes océanos (ICCAT, IOTC, IATTC y WCPFP), así como los gobiernos de los países con flotas dedicadas a esta pesquería.

Según Javier Garat, “aunque reconocemos el papel que desempeña CITES para prevenir el comercio ilegal, estamos convencidos de que las ORP y los gobiernos están mejor preparados para monitorizar el estado y progreso de especies marinas migratorias, como las poblaciones de tiburones, y para regular estas pesquerías de forma sostenible”.

En este sentido, el sector pesquero subraya que las recomendaciones del Comité Científico de ICCAT condujeron al establecimiento, en 2018, de medidas drásticas para garantizar la sostenibilidad de la pesquería del marrajo dientuso, cuyo estado biológico volverá a ser revisado este año por el Comité Científico de ICCAT. A este respecto, Garat ha recordado el caso de éxito del atún rojo, una especie que hace una década también se propuso incluir en CITES y que, gracias al plan de recuperación de ICCAT y no gracias a restricciones comerciales, actualmente se encuentra completamente recuperado y en niveles históricos de biomasa.

Así mismo, el sector pesquero ha solicitado responsabilidad y coherencia a los países que han apoyado la propuesta de Méjico, como es el caso de Brasil que, al mismo tiempo que co-patrocina la propuesta mejicana, continúa bloqueando las medidas de gestión del marrajo dientuso en el Atlántico Sur.

Por otro lado, el presidente de Europêche, que ha estado acompañado por el director general de la organización europea, el gallego Daniel Voces, ha llamado la atención sobre las particularidades de esta especie pelágica de tiburón, que registra una amplia distribución geográfica a lo largo del globo y un índice de reproducción elevado. Desde esta perspectiva, el tiburón marrajo dientuso no es comparable, en términos de conservación, con el resto de las especies incluidas en el Apéndice II de CITES, especialmente si se compara con los tiburones martillo o los tiburones ballena. Así mismo y al contrario de lo que sucede con otras especies como los tigres o los elefantes, los productos procedentes del tiburón (carne, aletas, aceite o cartílago) se destinan en su práctica totalidad al consumo humano y las restricciones a su comercio afectarían negativamente a la seguridad alimentaria y al sustento de las comunidades costeras.

Impacto socioeconómico

En este punto, una limitación comercial tendría un impacto económico grave en la flota de palangre de superficie comunitaria. En España, esta flota desembarcó 3.000 y 2.000 toneladas de marrajo dientuso en 2017 y 2016, con un valor de 10 y 8 millones de euros, respectivamente. Estos perjuicios se sumarían a los ya ocasionados por la aplicación en la UE de la política de aletas adheridas, que ha provocado en los últimos cinco años la desaparición de 20 buques palangreros y han incrementado el coste de los restantes en 33.000 € por buque y marea. Cabe destacar, además, la práctica inexistencia de comercio ilegal de esta especie. Según los datos de comercio de esta especie en España, menos de un 1% de las importaciones se han rechazado por sospechas de comercio ilegal.

Por último, Cepesca agradece el apoyo recibido por parte del Gobierno de España, que fue el único de los 28 países de la UE que se opuso, en el mes de diciembre, a la propuesta de co-patrocinar la iniciativa de Méjico.