EL PRESIDENTE DE ICFA, JAVIER GARAT, DEFIENDE EN CITES LA NO INCLUSIÓN
DEL TIBURÓN AZUL O TINTORERA EN EL APÉNDICE II DE ESPECIES AMENAZADAS

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La decimonovena reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) debate estos días la propuesta panameña, apoyada incomprensiblemente por la UE, Bangladesh, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Gabón, Israel, Maldivas, Senegal, Seychelles, Sri Lanka, Siria, RU de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de incluir distintas especies de tiburón, incluyendo el tiburón azul o tintorera, en el Apéndice II de este convenio.

La Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA, por sus siglas en inglés), que participa con estatus de Observador, se ha manifestado contraria a la propuesta de Panamá con argumentos científicos. Según ha explicado su presidente, el español Javier Garat, la propuesta de incluir en la lista a las cerca de 60 especies pertenecientes a la familia Carcharhinidae (tiburones réquiem) no está científicamente justificada y, por lo tanto, carece de fundamento.

Concretamente respecto a la tintorera, Garat ha afirmado que la literatura científica disponible la identifica como la especie más abundante, más ampliamente distribuida, más fecunda y de crecimiento más rápido entre los elasmobranquios, siendo esta especie una de las más tolerantes a la explotación frente a otras especies de tiburones, incluyendo frente a otras especies de su propia familia. Su estrategia reproductiva con camadas medias de unos 30 individuos (pero con niveles de hasta 60 individuos o más por camada) explica el éxito y la alta abundancia de esta especie en distintos océanos, con una muy amplia distribución geográfica.

Tras reiterar que la industria pesquera reconoce el trabajo de CITES para asegurar que el comercio internacional no amenace la supervivencia de las especies marinas, Garat, que ha reprochado a los proponentes por poner en duda la capacidad de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) para gestionar las poblaciones de peces comerciales, ha señalado que todos los escenarios indican que las poblaciones de tiburón azul ni están sobreexplotadas ni son objeto de sobrepesca en ningún océano, por lo tanto, puede afirmarse con seguridad que el estado de esta especie no está amenazado.

Diferencias evidentes

Garat ha defendido la gestión pesquera sostenible como la mejor herramienta para garantizar la conservación y la captura sostenible de las poblaciones de tiburón azul, cuyas características biológicas no son en absoluto comparables con las de otras especies de elasmobranquios, familia nombrada específicamente en la propuesta de Panamá.

ICFA disiente así de la afirmación recogida en la propuesta de Panamá respecto a la imposibilidad de diferenciar visualmente a los ejemplares de la familia Carcharhinidae de los tiburones azules. “Al sector pesquero le sorprende saber que las autoridades estén considerando seriamente restringir el comercio de tintorera porque dicen que puede parecerse a otros tiburones para ojos inexpertos”, señala Javier Garat.

En primer lugar, los tiburones azules, incluyendo sus aletas, tienen características biológicas claramente distinguibles que pueden ser verificadas por los inspectores de pesca (como ocurre con muchas otras especies morfológicamente similares).

Por otra parte, en muchas partes del mundo, las aletas deben permanecer adheridas al cuerpo del tiburón hasta su desembarco. Una vez en puerto, los gobiernos emiten un certificado de captura que acompaña al pescado hasta que llega al consumidor.

Por último, como ha explicado Garat, la aleta de la tintorera (Prionace glauca) es fácilmente distinguible, incluso separada del cuerpo, por su característica coloración azul metálico y debido a que carece de espinas en la base de la aleta. En este punto, Garat se ha referido a las herramientas informáticas avaladas por la FAO como iSharkFin que utiliza técnicas de aprendizaje automático para identificar especies de tiburones.

El presidente de ICFA, organización de ámbito mundial que defiende los intereses de los empresarios pesqueros en los foros internacionales, confía en que se imponga la cordura y la propuesta de Panamá, al menos en lo que se refiere a la tintorera, no prospere. En su opinión, “las partes contratantes de CITES deberían hacer caso a las conclusiones del panel asesor de expertos de la FAO, que confirman que la tintorera no cumple los criterios para incluirla en el Apéndice II de CITES. Además, tienen que ser conscientes del daño socioeconómico que provocarán si finalmente aprueban la propuesta. Y, por último, deben tener presente que la carga burocrática que provocarían en las administraciones nacionales haría la aplicación inviable”.