EL SECTOR PESQUERO CELEBRA LOS AVANCES EN LA PROTECCIÓN DE ECOSISTEMAS MARINOS VULNERABLES EN TODOS LOS OCÉANOS

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El sector pesquero celebra los avances en la protección de los ecosistemas marinos vulnerables siguiendo los criterios aplicados por las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) para su detección y delimitación durante las dos últimas décadas. Así lo han manifestado Javier Garat, secretario general de CEPESCA y presidente de ICFA[1], e Iván López, miembro de ICFA y presidente de EBFA[2], durante una conferencia de Naciones Unidas para implementar varias resoluciones sobre pesca sostenible y en la que se ha analizado el impacto de la pesca de fondo en los ecosistemas marinos vulnerables (EMV) y la sostenibilidad a largo plazo de las poblaciones de peces de aguas profundas.

Ambos representantes pesqueros han destacado el modelo seguido por las ORP para la determinación de estos espacios. Estas organizaciones analizan, en primer lugar, la “huella pesquera” para ceñir la pesca sólo en esas zonas. En segundo lugar, cartografían los fondos marinos para determinar la ubicación de los EMV y prohibir las artes de fondo en estos. En el resto del área de regulación, sólo se permite pescar de forma exploratoria, tras una evaluación científica que garantice que no hay EMV. Durante la conferencia, se mostró el ejemplo de NAFO[3] que sólo permite pescar con artes de fondo en el 4,4% de los 2,7 millones de km2 que comprenden su área de actuación.  

Romper la polarización

Para la delegación española garantizar el futuro sostenible de los océanos pasa necesariamente por eliminar la polarización que actualmente existe entre los diferentes actores que actúan en este entorno. Así, durante su participación en el evento, Iván López reclamó la necesidad de romper los estereotipos y “caricaturas” que sobre el sector manifiestan las ONG, apoyándose en numerosas ocasiones en imágenes de procedencia “dudosa” y en argumentos no ajustados a la realidad. Según López, esta postura sólo conduce a objetivos también irreales, tales como, en el caso del arrastre, a la desaparición de este arte, pero sin considerar ningún otro aspecto, como su impacto en las comunidades costeras que dependen de la pesca y en el suministro de proteínas nutritivas, saludables y sostenibles.

Según el sector, hay que construir un escenario conjunto capaz de analizar desde criterios “serios y responsables” la mejor forma de abordar iniciativas equilibradas y eficientes para preservar la naturaleza y la producción de alimentos. De no ser así, señalan los pescadores, las empresas dudarán a la hora de acometer inversiones en tecnología e investigación a medio plazo. Sobre este particular, y en el caso de la pesca de arrastre, los ponentes recordaron que las mejoras más significativas y de mayor impacto en los ecosistemas han provenido del sector, tales como puertas de arrastre que no tocan el fondo, reducción del peso de las redes o los avances en la tecnología de los cabrestantes.  

Visión global y cartografiar los océanos

A juicio del sector, es necesario desarrollar una cartografía completa de los océanos, especialmente en alta mar, para lo que se necesita una coordinación centralizada. Según los pescadores, los desarrollos tanto en tecnología cartográfica como de navegación permitirían vedas de alta precisión y un mayor control de la actividad que, si se desarrollaran adecuadamente, permitirían un esquema de cierres más sensato, mucho más similar al terrestre, permitiendo una mejor coexistencia entre protección y producción.

El cierre de una zona a la pesca, a juicio del sector, debería requerir un conocimiento previo de hacia dónde se desviaría el esfuerzo pesquero y su consiguiente impacto o la presión sobre otros caladeros o sobre las importaciones. Igualmente, si la alternativa a la proteína proveniente del mar está en tierra, también es necesario medir el impacto, por ejemplo, del desarrollo de nuevas zonas de cultivo para producir más.  En definitiva, según el sector, es necesaria una visión global.

Según los pescadores, el impulso de las Áreas Marinas Protegidas (AMP), debe ser racional y acorde a los tratados y objetivos internacionales de protección del medio ambiente, pero también a la producción sostenida de proteínas marinas saludables y de bajo impacto. En este debate, apunta López, es fundamental incluir el alcance real de la huella de la pesca, muy inferior al de la producción de otro tipo de proteínas en tierra.  Sólo así, apunta, se podrán tomar decisiones con una reducción neta real de los impactos sobre el medio ambiente y no sólo actuar en respuesta a campañas.

En el caso de las aguas internacionales, considera fundamental que exista un mecanismo de cumplimiento para evitar la actividad de actores ilegales o que no reconozcan las áreas protegidas. En este sentido, los pescadores abogan por el reconocimiento de las ORP como las mejores impulsoras de la gobernanza internacional de la pesca.


[1] ICFA es una coalición internacional de asociaciones pesqueras de 25 países de todo el mundo.

[2] EBFA es una coalición pesquera europea de pesca de fondo que representa a más de 20.000 pescadores y 7.000 embarcaciones.

[3] Organización de Pesquerías del Atlántico Noroccidental (ORP responsable de la gestión pesquera en un área de 2,7 millones de km2).