EL SECTOR PESQUERO EUROPEO PERPLEJO ANTE EL TRATAMIENTO QUE LA COMISIÓN EUROPEA HACE DE LA PESCA EN SU ESTRATEGIA DE BIODIVERSIDAD PRESENTADA HOY

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  • El sector cree que la propuesta convierte al mar en un parque temático de ocio y de extracción de energía y condena a los europeos a depender de productos pesqueros de terceros países para su alimentación

 

Madrid, 20 de mayo de 2020.- El sector pesquero europeo ha mostrado perplejidad ante el tratamiento que la Comisión Europea (CE) hace de la actividad pesquera en la propuesta hecha hoy para el desarrollo de una estrategia de Biodiversidad de Europa. El sector, representado por la asociación Europêche, a la que pertenece la patronal española CEPESCA, cree que la estrategia planteada reduciría drásticamente la productividad de la industria pesquera del Viejo Continente y condenaría a Europa a incrementar notablemente las importaciones de productos pesqueros de terceros países, alejados de los estándares ambientales y sociales europeos, para alimentar a los ciudadanos de la UE, lo que a su juicio, además de una paradoja, resulta incomprensible.

El sector pesquero europeo cree que la estrategia presentada por la CE convierte a los mares en parques temáticos de ocio y de extracción de energía sin tener tampoco en cuenta el impacto ambiental de estas actividades en las poblaciones y los ecosistemas marinos. Además, considera que la propuesta es discriminatoria y socava la viabilidad del sector pesquero europeo, al mermar su productividad y su capacidad para seguir invirtiendo en políticas de mejoras socio laborales de sus trabajadores y medioambientales, factores estos últimos, despreciados por la propuesta ahora presentada.

El sector recuerda a la CE que los productos pesqueros europeos son reconocidos por su seguridad, alta calidad, así como por su producción bajo un sistema de gestión bien desarrollado y efectivo, y que los buques de la UE están sujetos a una ingente normativa, tanto europea como nacional, que garantizar una actividad responsable y sostenible.

Con el objetivo de revertir la crisis que atraviesa el entorno natural, la CE propone a la UE aumentar la cobertura de las áreas marinas protegidas (AMP) del 10% al 30%, incluida una zona de no captura del 10%, mantener o reducir la mortalidad por pesca a niveles de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) e incrementar el número de parques eólicos marinos, incluso en áreas vulnerables, aduciendo su beneficio para Europa.

Ante estas grandes líneas estratégicas, el sector pesquero lamenta que esta estrategia no tenga en cuenta las enormes mejoras acaecidas en las poblaciones de peces de la UE. De hecho, y según los últimos datos científicos, en sólo 10 años se ha duplicado el número de ejemplares en el Atlántico nororiental y la sobrepesca en la UE está en su punto más bajo de todos los tiempos. Además, recuerda el sector a la CE, que casi el 100% de los desembarques de las poblaciones reguladas por la UE en esa zona provienen de capturas bajo niveles de RMS.

El sector también lamenta que la estrategia no tenga en cuenta que la pesca es la industria alimentaria con menor huella de carbono ya que los productos pesqueros salvajes no requieren alimentación artificial, ni suministro de agua, antibióticos o pesticidas. Además, argumenta el sector, la CE no incluye en sus consideraciones a otras industrias, tales como las marítimas, petróleo, gas, dragados o transporte marítimo, con unas huellas de carbono mucho más acusadas, y capaces de provocar desplazamientos de poblaciones marinas.

Sin medir las consecuencias socioeconómicas

El sector pesquero europeo también lamenta que la estrategia de Biodiversidad presentada por la CE eluda sus consecuencias socioeconómicas y exige a Europa que todas las medidas de conservación propuestas, tales como el establecimiento de AMP, se desarrollen en estrecha colaboración con el sector, teniendo en cuenta los enormes costes que supondrían, tanto desde el punto de vista social como económico, para los ciudadanos europeos.

A este respecto, el sector argumenta que cuando la CE menciona los beneficios económicos y la creación de puestos de trabajo que pueden generar las AMP en entornos como el turismo, la energía o el ocio, no tiene en cuenta el impacto negativo de estas actividades en la biodiversidad ni, en el caso del turismo, el futuro incierto de esta industria debido a la pandemia COVID-19.

Ante este planteamiento, el sector pesquero recuerda a la CE que en 2030 la población mundial será de más de 8.500 millones de personas a las que habrá que alimentar con productos de calidad y saludables, y le aconseja enfocarse en cómo producir más productos pesqueros de manera sostenible en lugar de cerrar zonas de pesca en las que obtenerlos. Igualmente, y ante las perturbaciones comerciales creadas por COVID-19, el sector cree que una estrategia como la presentada por la CE pone en riesgo a Europa de incrementar su dependencia de suministro de pescado de países terceros, muy alejados en numerosas ocasiones de los estándares europeos en materia ambiental, social y de seguridad.

El sector también rechaza la propuesta de la CE de eliminar gradualmente la pesca de arrastre de fondo al ser, argumenta, uno de las artes más comunes, certificadas, reguladas e investigadas en Europa. Según el sector, la pesca de arrastre de fondo es la única forma viable de pescar determinadas especies clave que se capturan con niveles de RSM.

Según el español Javier Garat, presidente de Europêche y secretario general de Cepesca, “cerrar el océano a la pesca entra en conflicto con Objetivos fundamentales de Desarrollo Sostenible, tales como aumentar la seguridad alimentaria y reducir la pobreza. Es sorprendente leer en esta propuesta –argumenta Garat –, la priorización de los parques eólicos, retomando así el objetivo obsoleto de transformar nuestros mares en el nuevo motor energético europeo”.

“La CE –añade Garat–, elude el trabajo realizado por el sector para la recuperación de las poblaciones y la biodiversidad, la mitigación de los impactos ambientales y la reducción de las emisiones de efecto invernadero y es inadmisible. Europa necesita –subraya Garat– una estrategia medioambiental real con objetivos proporcionados, racionales y alcanzables donde todas las industrias sean tratadas en pie de igualdad y no una propuesta infundada basada en estereotipos. Por lo tanto, –concluye Garat–, pedimos al Parlamento Europeo y a los Estados miembros que detengan este despropósito y envíen la propuesta de vuelta a la Comisión para su revisión completa. Si no se modifica esta estrategia el Comisario no cumplirá con su promesa de no destacar ninguno de los pilares de la sostenibilidad – social, económica y ambiental – durante su mandato”.