Los productos pesqueros son uno de los alimentos más completos y su aporte nutricional es fundamental al aportar al organismo proteínas, aminoácidos esenciales para el metabolismo humano, minerales y vitaminas.
La dieta mediterránea, en la que el consumo de pescado es un elemento definitorio, es considerada por los expertos en nutrición fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Al igual que el consumo de frutas, verduras y hortalizas, el de productos pesqueros es una de las pautas diferenciales de esta dieta y en este post queremos explicarte cómo contribuyen a la mejora de la respuesta del sistema inmunológico. Reforzar nuestras defensas es clave en un momento como el actual de lucha colectiva contra el coronavirus.
La ingesta de ácidos grasos Omega-3 no sólo contribuye a reducir el colesterol y los triglicéridos, también al fortalecimiento del sistema inmunitario y este es el asunto que nos ocupa. Los Omega-3 son ácidos grasos polinsaturados que podemos encontrar en los alimentos bajo tres formas: ácido eicosapentaenoico (20:5 omega 3, EPA), ácido docosahexaenoico (22:6 omega 3, DHA) y ácido alfa linolénico (18:3 omega 3, a-ALA).
Puesto que estos ácidos no pueden sintetizarse, es importarte realizar este aporte a través de la dieta. Todos los pescados, y especialmente los pescados azules son un alimento rico en ácidos grasos Omega-3. Entre los azules, encontramos el atún, la sardina, el boquerón, el jurel y la caballa; y entre los blancos, el bacalao, el pez espada, el mero, la merluza o el salmón, en cuyo caso, hablamos de un pescado semigraso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomiendan un consumo medio de 250 mg de ácidos grasos Omega-3 (EPA+DHA) al día, de modo que, teniendo en cuenta que el contenido en Omega-3 de estos pescados oscila entre los 3 gr por cada 100 gr del atún a los 0,35 gr por cada 100 del salmonete, una sola ración de pescado es suficiente para cubrir las necesidades de Omega-3 de varios días.
Zinc, un mineral fundamental para la salud
Los productos pesqueros también contienen minerales fundamentales para el buen funcionamiento del organismo, tales como el fósforo, el magnesio, el selenio y el yodo. En relación con el sistema inmunológico hay que llamar la atención sobre el zinc.
El pescado es una fuente natural de zinc y también los crustáceos, tales como las gambas, los langostinos, los mejillones y los cangrejos. Aunque los crustáceos no sean uno de los alimentos que a priori pensemos que sirven para reforzar el sistema inmunológico, en la práctica son fundamentales para cumplir con ese objetivo. Ello se debe, en buena medida, a su contenido en zinc. Este mineral es fundamental para nuestra salud y, de hecho, después del hierro, ocupa el segundo lugar por grado de concentración en el organismo.
El zinc está presente en todas las células, interviene en la fabricación de proteínas, así como en más de 300 reacciones enzimáticas, y ayuda al sistema inmunitario a combatir la invasión de virus y bacterias.